Para que un
producto llegue a su mercado, hace falta marketing. ¿En qué consiste? En definir
de manera coherente cuatro elementos centrales para que, en simultáneo, el
cliente perciba su valor y lo quiera comprar, y la empresa invierta sus
recursos de manera eficiente.
Para recordarlos fácilmente, se
resumen en las 4P, que detallamos a continuación:
· Producto. ¿Qué vendes exactamente? ¿Qué beneficios ofreces a tus
clientes? ¿Qué características definen tu producto o servicio? Considera no
solo el qué, sino el cómo: envase, nombre, forma de entrega, atención, tiempos,
etc. (ver "5 preguntas clave para definir una propuesta de valor").
·
Precio. ¿Qué
valor tiene lo que ofreces a tus clientes? ¿Cuánto vale algo similar en el
mercado? ¿Tu producto va a ser exclusivo o económico? La fijación del
precio de un producto no es solo el resultado de sus costos más la
ganancia esperada, sino un complejo proceso que impacta en la imagen
ante los clientes. (ver "Precios: cómo fijarlos").
·
Publicidad. ¿De
qué forma vas a dar a conocer tu producto o servicio? ¿Dónde están tus
clientes? De acuerdo a los medios que utilices, los mensajes que elijas y la
inversión que realices, podes alcanzar a distintos públicos. Hay que tener
en cuenta formas de comunicación tradicionales, como los avisos, pero también
las promociones y descuentos, y las campañas de fidelización. (ver "Kotler").
· Punto de venta. Las definiciones sobre canal de
ventas y formas de comercialización impactan en tu negocio. No es lo mismo el
marketing mayorista, minorista o de venta hacia el gobierno y organismos
públicos. Venta directa, distribuidores, venta online y franquicias son
opciones comerciales que podes evaluar y que implican distintos acercamientos a
los clientes.
De una
estrategia de marketing integral que combine estos cuatro aspectos
centrales de forma coherente, alineada y orientada a tu público objetivo,
dependerá en gran parte el éxito comercial de tus productos o servicios.
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